
Quien sacó esta foto, supo captar un momento de éxtasis total que disfrutaba en una de mis presentaciones como acróbata.
Tengo la posibilidad y el privilegio de disfrutar mi oficio cada día de mi vida, al punto de que tengo que ponerme límites en la cantidad de horas que trabajo porque poco me falta para dormir en la Compañía.
No sufro del síndrome "lunes" ni el de "al fin viernes". De hecho, los días que más me cuesta enfrentar son los domingos, porque es mi "día libre".
Eso solo sucede cuando tu trabajo no es trabajo, es pasión y diversión. Para los que me conocen, saben que además ejerzo como docente y también amo enseñar mi oficio. Además de docente, oficio de mentora de aspirantes a artistas que están en busca del dominio de las herramientas que les permita poder vivir holgadamente de su oficio artístico. Y me encanta esta parte, ya que veo como se han transformado y se siguen transformando vidas que se atreven al desafío de entregarse plenamente al ejercicio artístico.
Creo ciegamente, que esta es la única manera de honrar el oficio.
Hay una falsa creencia de que la condición del ser artista es ajena a la condición del ser emprendedor. Algunas de estos "ataques" son los que recibo a veces:
- Soy artista, no preciso saber "vender" mi oficio.
- Sos artista o sos empresario.
- No me importa el dinero, si no no me hubiera dedicado al arte.
- Si te importa la plata no tendrías que dedicarte a esto.
- ¿Para qué preciso educación financiera? Yo soy artista.
Diferentes formas para un mismo planteo: que hacer dinero y ser artista no son cosas compatibles. Como dije en un artículo anterior, nunca tuve ningún beneficio tributario ni me he visto beneficiada con alguna exoneración de impuestos o gastos cotidianos por presentar mi título de artista. ¡Raro! ¿No? Porque parece que es muy común.
Por otro lado, la mayoría de los artistas que no han logrado transformar su oficio como único medio de vida, se ven forzados a trabajar de otra cosa para poder disfrutar de lo que es su verdadera pasión. Pero se enorgullecen de que "es así" porque con el arte no se debe ambicionar hacer dinero. Nos tatuamos el slogan "del arte no se puede vivir", al menos en este país.
Habrán escuchado alguna vez la frase "pobre, pero honrado". Bueno...yo repudio esa frase. No hay concepto más falso que ese. Honrado por honrado en sí mismo. ¡Ni por rico, ni por pobre!
Para honrar mi oficio, yo necesito poder ejercerlo libre y plenamente. Y para poder ejercerlo plenamente necesito comer, tener un techo, tener recursos, y cuánto más abundantes, mejor será la proporción de mi servicio y más podré invertir en el crecimiento de mi Compañía. Más posibilidades de alcance puedo tener, mejor puedo difundirlo, promoverlo y seguir transmitiéndolo. Y para que todo esto sea posible, necesito saber transmutar mi conocimiento en dinero. Sí, ¡en dinero!
Soy artista, y también soy empresaria. No dejo de ser una cosa por la otra. Soy empresaria porque es el vehículo que yo elegí para poder honrar mi oficio cada día.
De hecho, veo como una deshonra tener que trabajar de algo que no deseo en lo más mínimo para poder tratar lo que más me apasiona como un hobby de tiempo libre.
O hobby o profesión. Y la profesión se honra.
Que no te confundan.
Si ya sos emprendedor/a o sentís que es parte de tu esencia y querés incursionar en esta vida maravillosa, sumate a nuestra tribu de emprendedores. Nos va a encantar recibirte.
Leticia Mato - Directora de Circomedia
Coordinadora del Programa de Mentoría.
¡CLICK AQUÍ PARA COMENZAR A RECIBIR EL BOLETÍN DE LETICIA!
¿Querés ser emprendedor artístico y precisás ayuda? ¡Hacé lo que amas!
Tengo la posibilidad y el privilegio de disfrutar mi oficio cada día de mi vida, al punto de que tengo que ponerme límites en la cantidad de horas que trabajo porque poco me falta para dormir en la Compañía.
No sufro del síndrome "lunes" ni el de "al fin viernes". De hecho, los días que más me cuesta enfrentar son los domingos, porque es mi "día libre".
Eso solo sucede cuando tu trabajo no es trabajo, es pasión y diversión. Para los que me conocen, saben que además ejerzo como docente y también amo enseñar mi oficio. Además de docente, oficio de mentora de aspirantes a artistas que están en busca del dominio de las herramientas que les permita poder vivir holgadamente de su oficio artístico. Y me encanta esta parte, ya que veo como se han transformado y se siguen transformando vidas que se atreven al desafío de entregarse plenamente al ejercicio artístico.
Creo ciegamente, que esta es la única manera de honrar el oficio.
Hay una falsa creencia de que la condición del ser artista es ajena a la condición del ser emprendedor. Algunas de estos "ataques" son los que recibo a veces:
- Soy artista, no preciso saber "vender" mi oficio.
- Sos artista o sos empresario.
- No me importa el dinero, si no no me hubiera dedicado al arte.
- Si te importa la plata no tendrías que dedicarte a esto.
- ¿Para qué preciso educación financiera? Yo soy artista.
Diferentes formas para un mismo planteo: que hacer dinero y ser artista no son cosas compatibles. Como dije en un artículo anterior, nunca tuve ningún beneficio tributario ni me he visto beneficiada con alguna exoneración de impuestos o gastos cotidianos por presentar mi título de artista. ¡Raro! ¿No? Porque parece que es muy común.
Por otro lado, la mayoría de los artistas que no han logrado transformar su oficio como único medio de vida, se ven forzados a trabajar de otra cosa para poder disfrutar de lo que es su verdadera pasión. Pero se enorgullecen de que "es así" porque con el arte no se debe ambicionar hacer dinero. Nos tatuamos el slogan "del arte no se puede vivir", al menos en este país.
Habrán escuchado alguna vez la frase "pobre, pero honrado". Bueno...yo repudio esa frase. No hay concepto más falso que ese. Honrado por honrado en sí mismo. ¡Ni por rico, ni por pobre!
Para honrar mi oficio, yo necesito poder ejercerlo libre y plenamente. Y para poder ejercerlo plenamente necesito comer, tener un techo, tener recursos, y cuánto más abundantes, mejor será la proporción de mi servicio y más podré invertir en el crecimiento de mi Compañía. Más posibilidades de alcance puedo tener, mejor puedo difundirlo, promoverlo y seguir transmitiéndolo. Y para que todo esto sea posible, necesito saber transmutar mi conocimiento en dinero. Sí, ¡en dinero!
Soy artista, y también soy empresaria. No dejo de ser una cosa por la otra. Soy empresaria porque es el vehículo que yo elegí para poder honrar mi oficio cada día.
De hecho, veo como una deshonra tener que trabajar de algo que no deseo en lo más mínimo para poder tratar lo que más me apasiona como un hobby de tiempo libre.
O hobby o profesión. Y la profesión se honra.
Que no te confundan.
Si ya sos emprendedor/a o sentís que es parte de tu esencia y querés incursionar en esta vida maravillosa, sumate a nuestra tribu de emprendedores. Nos va a encantar recibirte.
Leticia Mato - Directora de Circomedia
Coordinadora del Programa de Mentoría.
¡CLICK AQUÍ PARA COMENZAR A RECIBIR EL BOLETÍN DE LETICIA!
¿Querés ser emprendedor artístico y precisás ayuda? ¡Hacé lo que amas!