
Hola amig@s...
En el último boletín que enviamos, les dijimos que ese día iba a pasar algo especial, y pasó. Nuestro proyecto del Programa de Mentorías Artísticas había ingresado en un período de selección para la red de apoyo a emprendedores EMPRENUR en la Facultad de CCEE y tenía que defender mi proyecto frente a un jurado.
Y como lo prometido es deuda, vamos a contarte el desenlace, "fuera cual fuera" ¿Te acordás?
Y antes de seguir...¡¡GRACIAS!! Por la inundación de mensajes, posteos, mails, llamadas, y demás de tod@s tirando lo mejor para Circomedia.
Bueno, la verdad es que después de dos semanas de espera de un resultado, no fue el que esperaba.
Recibimos un mail que decía algo así como "después de un exhaustivo análisis...bla bla bla...lamentablemente debemos comunicarle que, bla bla bla, gracias por todo"
Bueno, traduciendo, concluimos que una idea de negocios anclada a un proyecto artístico sigue sin considerarse "rentable".
Antes de seguir, primero que nada, perdón por un título tan largo "Los resultados, los cuasi fracasos, la historia de la alfombra voladora y el Plan B"...
Me recuerda a un disco que me compré de Divididos hace unos 12 o 15 años...el disco se llama "Narigón del Siglo yo te dejo perfumado en la esquina para siempre". Interesante...
Esa poca capacidad de resumir...de la cual me hago cargo.
En esa foto que ves, estoy con mi hija, probando unas acrobacias en dúo en el parque. En seguida de captada la imagen, con todo el orgullo de haber llegado hasta ahí y la ilusión de permanecer en equilibrio, nos desplomamos al piso. En realidad, ella se desplomó arriba mío...
Algo parecido pasó esta vez. Yo estaba tratando de lograr permanecer en una figura muy difícil, y cuando llegué arriba con la ilusión de permanecer, encontré el desequilibrio otra vez. Y bueno...en realidad, creo que estuvo genial.
Que no fuera el resultado "ideal" o el esperado no quiere decir que no fuera un gran momento. El solo hecho de haber cruzado una barrera que nadie cruzó ya es un disfrute para los que vivimos del riesgo y no podríamos quedarnos con la espina del "que hubiera pasado".
Al recibir la noticia, me desanimé. Me puse muy triste. El primer pensamiento traidor que me llegó fue algo así como "bueno...hasta acá llagué...al menos lo intenté". Habló esa víctima interna que todos llevamos dentro. Después de tomarme un rato de introspección me vino a la mente una historia que algunos allegados a mi ya conocen.
Cuando tenía 5 años, soñé que podía volar en una alfombra voladora. (Tal vez la comida me cayó mal esa noche...quien sabe). El sueño había sido tan real que me desperté muy entusiasmada ¡porque podía volar si me sentaba arriba de una alfombra! ¡Era tan fácil...!
Así que, bien tempranito en la mañana me puse las pantuflas, abrí la puerta que daba al patio, agarré un montón de repasadores de mi madre y me armé en el piso una alfombra enorme con un montón de trapos. Acto seguido, me senté en el medio, cerré los ojos, y esperé...y esperé...y esperé...
Al rato largo, apareció una dulce señora que cuidaba de mi mientras mis padres trabajaban, me miró, miró los repasadores, mi postura de Aladdino en el medio de todo eso y preguntó: -¿Qué hacés? -Voy a volar en una alfombra. Contesté yo muy convencida. Ella me dejó...¿qué otra cosa podía hacer? Caso perdido.
Así que seguí esperando, cambiando de postura, enviando pensamientos voladores, y esperando...y obvio, de más está decir que no volé.
No volé, y mi cabecita de 5 años no comprendía porqué. A pesar de que lo analicé desde todos los ángulos, yo estaba tan convencida de que sí podía, que la realidad me desilusionó bastante. Mis repasadores no eran muy poderosos evidentemente, así que en vez de lloriquear y hacer una crisis dije: Plan B. En ese momento significaba: buscar otra forma de armar relajo en mi casa. Y eso hice, asunto terminado.
¿Porqué te cuento este disparate?
Porqué tomé la misma decisión que hace 25 años atrás.
Evidentemente los "trapos" a los que aposté mi vuelo no fueron lo suficientemente poderosos, así que: PLAN B.
O el nombre que quieras: movimiento continuo, no parar, no dejarse vencer, permanecer, insistir...lo importante es: SEGUIR MOVIÉNDOTE.
El movimiento genera movimiento. Así que lejos de desistir de elevar a niveles impensados nuestro Programa de Mentoría Artística, y conscientes del valor que tenemos entre manos, quiero presentarte el Plan B que ya está en marcha.
Quiero presentarte a mi Mentora que adoptó este proyecto y le está dando forma, cuidándolo, marcando sus detalles y trabajando mano a mano conmigo para que este proyecto sea lo que merece.
Ella es de Girona, España, y desde allí, mentorea y monitorea nuestro Programa: Sandra Llinares.
Sandra es la fundadora de la Escuela Emprendedores y del portal de formación EscuelaEmprenderConExito.com
Ella ya se encuentra trabajando con nuestro Programa de Mentoría desde la otra parte del Planeta.
Entonces... ¿cuál es el límite? Ninguno.
¿Qué son los obstáculos? Evidentemente, oportunidades.
Además, eso es emprender. No importa en qué rubro.
¿Sabías que...?
- Cuando decidí tener mi propio espacio y decidí tener mi primera casa de Circomedia, después de un arduo trabajo de promoción, en el día de inauguración en la primer clase y esperando una avalancha de alumnos, asistió 1 alumno. Si...¡UNO! Una perfecta clase mano a mano.
- Cuando decidí aprender Acrobacia en Telas demoré 4 clases en entender la subida. 4 clases = 1 mes. Fue de veras vergonzoso...
- Creé más de 20 super programas innovadores de formación en arte escénico pensando que al otro día de anunciado el lanzamiento la gente se iba a matar entre si por inscribirse y reservar su lugar... No me llamó ni mi madre para saber de qué trataban. Los programas que hoy se consideran exitosos, agotados y novedosos en Circomedia representan el 10 % del total de creaciones.
- Estuve a punto de fundirme y declararme en quiebra más de una vez desde que fundé Circomedia antes de consolidarnos, porque el sabor gustoso del riesgo me jugó malas pasadas.
- Cuando decidí abrir mi primera sede no tenía ni un peso. NI UNO. Literalmente. Lo peor, no había financiera ni entidad alguna que en su sano juicio quisiera validarme un préstamo para emprender. Fueron días terribles.
- Mientras esta tormenta me tambaleaba, mi hija era una bebé, y no teníamos dinero. Para mejor, mi entorno no paraba de recordarme lo mala madre que era por no resignarme y buscar un trabajo "como la gente" por el bienestar de mi hija. Hoy que disfrutamos las dos de una vida llena de abundancia y alegrías, todos perdieron la memoria, obvio...
Y la lista sigue...más rebotes que atrapadas, más perdidas que ganadas...pero qué ganadas.
Y de eso se trata. De no parar. De no aceptar un no por respuesta si hay algo inexplicable y visceral que te dice que sí.
La falta de perseverancia y el miedo al fracaso mataron más sueños e ideas que los obstáculos reales.
Y si el Plan B tampoco funciona, usemos el C, y después el D...¡igual tenemos hasta la Z! Y si tampoco alcanza la Z, usamos el alfabeto griego, qué importa...no hay límites. Eso lo decidís vos.
Hoy, somos los primeros en Uruguay en formular, tallar y crear un Programa de Mentoría para artistas. Para que les sobren herramientas para vivir su pasión.
La rueda ya está girando. Y tenemos pensado partir todos los palos que nos quieran cortar el movimiento.
Infinitamente agradecida a tod@s. No tengo palabras para expresar la alegría de tanto apoyo de conocidos y desconocidos que nos siguen y se ponen esta causa al hombro como si fuera propia. Y de hecho, lo es.
Esto tiene un solo motivo: VOS.
¡A agotar ese abecedario!
¡Gracias amig@s!
Si ya sos emprendedor/a o sentís que es parte de tu esencia y querés incursionar en esta vida maravillosa, sumate a nuestra tribu de emprendedores. Nos va a encantar recibirte.
Leticia Mato - Directora de Circomedia
Coordinadora del Programa de Mentoría.
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En el último boletín que enviamos, les dijimos que ese día iba a pasar algo especial, y pasó. Nuestro proyecto del Programa de Mentorías Artísticas había ingresado en un período de selección para la red de apoyo a emprendedores EMPRENUR en la Facultad de CCEE y tenía que defender mi proyecto frente a un jurado.
Y como lo prometido es deuda, vamos a contarte el desenlace, "fuera cual fuera" ¿Te acordás?
Y antes de seguir...¡¡GRACIAS!! Por la inundación de mensajes, posteos, mails, llamadas, y demás de tod@s tirando lo mejor para Circomedia.
Bueno, la verdad es que después de dos semanas de espera de un resultado, no fue el que esperaba.
Recibimos un mail que decía algo así como "después de un exhaustivo análisis...bla bla bla...lamentablemente debemos comunicarle que, bla bla bla, gracias por todo"
Bueno, traduciendo, concluimos que una idea de negocios anclada a un proyecto artístico sigue sin considerarse "rentable".
Antes de seguir, primero que nada, perdón por un título tan largo "Los resultados, los cuasi fracasos, la historia de la alfombra voladora y el Plan B"...
Me recuerda a un disco que me compré de Divididos hace unos 12 o 15 años...el disco se llama "Narigón del Siglo yo te dejo perfumado en la esquina para siempre". Interesante...
Esa poca capacidad de resumir...de la cual me hago cargo.
En esa foto que ves, estoy con mi hija, probando unas acrobacias en dúo en el parque. En seguida de captada la imagen, con todo el orgullo de haber llegado hasta ahí y la ilusión de permanecer en equilibrio, nos desplomamos al piso. En realidad, ella se desplomó arriba mío...
Algo parecido pasó esta vez. Yo estaba tratando de lograr permanecer en una figura muy difícil, y cuando llegué arriba con la ilusión de permanecer, encontré el desequilibrio otra vez. Y bueno...en realidad, creo que estuvo genial.
Que no fuera el resultado "ideal" o el esperado no quiere decir que no fuera un gran momento. El solo hecho de haber cruzado una barrera que nadie cruzó ya es un disfrute para los que vivimos del riesgo y no podríamos quedarnos con la espina del "que hubiera pasado".
Al recibir la noticia, me desanimé. Me puse muy triste. El primer pensamiento traidor que me llegó fue algo así como "bueno...hasta acá llagué...al menos lo intenté". Habló esa víctima interna que todos llevamos dentro. Después de tomarme un rato de introspección me vino a la mente una historia que algunos allegados a mi ya conocen.
Cuando tenía 5 años, soñé que podía volar en una alfombra voladora. (Tal vez la comida me cayó mal esa noche...quien sabe). El sueño había sido tan real que me desperté muy entusiasmada ¡porque podía volar si me sentaba arriba de una alfombra! ¡Era tan fácil...!
Así que, bien tempranito en la mañana me puse las pantuflas, abrí la puerta que daba al patio, agarré un montón de repasadores de mi madre y me armé en el piso una alfombra enorme con un montón de trapos. Acto seguido, me senté en el medio, cerré los ojos, y esperé...y esperé...y esperé...
Al rato largo, apareció una dulce señora que cuidaba de mi mientras mis padres trabajaban, me miró, miró los repasadores, mi postura de Aladdino en el medio de todo eso y preguntó: -¿Qué hacés? -Voy a volar en una alfombra. Contesté yo muy convencida. Ella me dejó...¿qué otra cosa podía hacer? Caso perdido.
Así que seguí esperando, cambiando de postura, enviando pensamientos voladores, y esperando...y obvio, de más está decir que no volé.
No volé, y mi cabecita de 5 años no comprendía porqué. A pesar de que lo analicé desde todos los ángulos, yo estaba tan convencida de que sí podía, que la realidad me desilusionó bastante. Mis repasadores no eran muy poderosos evidentemente, así que en vez de lloriquear y hacer una crisis dije: Plan B. En ese momento significaba: buscar otra forma de armar relajo en mi casa. Y eso hice, asunto terminado.
¿Porqué te cuento este disparate?
Porqué tomé la misma decisión que hace 25 años atrás.
Evidentemente los "trapos" a los que aposté mi vuelo no fueron lo suficientemente poderosos, así que: PLAN B.
O el nombre que quieras: movimiento continuo, no parar, no dejarse vencer, permanecer, insistir...lo importante es: SEGUIR MOVIÉNDOTE.
El movimiento genera movimiento. Así que lejos de desistir de elevar a niveles impensados nuestro Programa de Mentoría Artística, y conscientes del valor que tenemos entre manos, quiero presentarte el Plan B que ya está en marcha.
Quiero presentarte a mi Mentora que adoptó este proyecto y le está dando forma, cuidándolo, marcando sus detalles y trabajando mano a mano conmigo para que este proyecto sea lo que merece.
Ella es de Girona, España, y desde allí, mentorea y monitorea nuestro Programa: Sandra Llinares.
Sandra es la fundadora de la Escuela Emprendedores y del portal de formación EscuelaEmprenderConExito.com
Ella ya se encuentra trabajando con nuestro Programa de Mentoría desde la otra parte del Planeta.
Entonces... ¿cuál es el límite? Ninguno.
¿Qué son los obstáculos? Evidentemente, oportunidades.
Además, eso es emprender. No importa en qué rubro.
¿Sabías que...?
- Cuando decidí tener mi propio espacio y decidí tener mi primera casa de Circomedia, después de un arduo trabajo de promoción, en el día de inauguración en la primer clase y esperando una avalancha de alumnos, asistió 1 alumno. Si...¡UNO! Una perfecta clase mano a mano.
- Cuando decidí aprender Acrobacia en Telas demoré 4 clases en entender la subida. 4 clases = 1 mes. Fue de veras vergonzoso...
- Creé más de 20 super programas innovadores de formación en arte escénico pensando que al otro día de anunciado el lanzamiento la gente se iba a matar entre si por inscribirse y reservar su lugar... No me llamó ni mi madre para saber de qué trataban. Los programas que hoy se consideran exitosos, agotados y novedosos en Circomedia representan el 10 % del total de creaciones.
- Estuve a punto de fundirme y declararme en quiebra más de una vez desde que fundé Circomedia antes de consolidarnos, porque el sabor gustoso del riesgo me jugó malas pasadas.
- Cuando decidí abrir mi primera sede no tenía ni un peso. NI UNO. Literalmente. Lo peor, no había financiera ni entidad alguna que en su sano juicio quisiera validarme un préstamo para emprender. Fueron días terribles.
- Mientras esta tormenta me tambaleaba, mi hija era una bebé, y no teníamos dinero. Para mejor, mi entorno no paraba de recordarme lo mala madre que era por no resignarme y buscar un trabajo "como la gente" por el bienestar de mi hija. Hoy que disfrutamos las dos de una vida llena de abundancia y alegrías, todos perdieron la memoria, obvio...
Y la lista sigue...más rebotes que atrapadas, más perdidas que ganadas...pero qué ganadas.
Y de eso se trata. De no parar. De no aceptar un no por respuesta si hay algo inexplicable y visceral que te dice que sí.
La falta de perseverancia y el miedo al fracaso mataron más sueños e ideas que los obstáculos reales.
Y si el Plan B tampoco funciona, usemos el C, y después el D...¡igual tenemos hasta la Z! Y si tampoco alcanza la Z, usamos el alfabeto griego, qué importa...no hay límites. Eso lo decidís vos.
Hoy, somos los primeros en Uruguay en formular, tallar y crear un Programa de Mentoría para artistas. Para que les sobren herramientas para vivir su pasión.
La rueda ya está girando. Y tenemos pensado partir todos los palos que nos quieran cortar el movimiento.
Infinitamente agradecida a tod@s. No tengo palabras para expresar la alegría de tanto apoyo de conocidos y desconocidos que nos siguen y se ponen esta causa al hombro como si fuera propia. Y de hecho, lo es.
Esto tiene un solo motivo: VOS.
¡A agotar ese abecedario!
¡Gracias amig@s!
Si ya sos emprendedor/a o sentís que es parte de tu esencia y querés incursionar en esta vida maravillosa, sumate a nuestra tribu de emprendedores. Nos va a encantar recibirte.
Leticia Mato - Directora de Circomedia
Coordinadora del Programa de Mentoría.
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