
Entrevista a Leticia Mato para la revista "Agora Cultural Uruguay"
Por Estrella Laurta
¿Por qué surgió en vos la necesidad de estudiar primero estas artes, luego desarrollarlas y más tarde dedicarte a la docencia?
Esta profesión me buscó a mí. Cuando di de cara con el arte escénico era chica, tenía 14 años y no tenía planes de dedicarme a ello. De hecho, me vi forzada a incurrir en esto porque la psicóloga del liceo me mandó a un taller de teatro porque tenía muchas materias bajas y era muy retraída. (Esa estupidez de pensar en el teatro como terapia)
Resulta que fue como sacar un pasaje de ida. Primero empecé con el teatro, y me empecé a relacionar con las artes circenses porque en ese taller “obligatorio” tuve la fortuna de tener como Maestro a “Juanito” González Urtiaga. El mayor archivo histórico en Uruguay de Circo Criollo es de él. Todas las posibles investigaciones al respecto que se realizan en el Río de la Plata recurren a él, es un investigador de toda la vida, además de dramaturgo, autor de libros de Teatro y Circo Rioplatense, actor, director y docente. Imposible no empaparse.
Él me cambió la vida por completo y a partir de allí no paré de estudiar, teatro por todos lados, después sumé circo (específicamente Acrobacias aéreas en Tela) y danza, viajé a Buenos Aires a estudiar en la Escuela de Teatro de Buenos Aires, estuve en Brasil, volví a Montevideo, tuve la oportunidad de viajar a Cuba a estudiar Danza. Me formé con muchos profesionales en distintas áreas y en distintos países, pero 14 años después, aún sigo considerando a “Juanito” como mi principal Maestro.
Supe desarrollar todo esto en una profesión porque fui formada en esta carrera para trabajar profesionalmente y no para demostrar una afición. En mi formación como artista desde los inicios me educaron para trabajar, cobrar por mi trabajo, vivir de ello con dignidad y honrar la profesión.
Creo que la docencia llegó como una necesidad de ser agradecida por el camino recorrido. Transmitir lo que uno hace es devolver algo que a uno le fue dado. No se puede cortar la cadena, uno tiene que dar para recibir, esto debe ser así toda la vida. Como docente aprendo más de lo que enseño, es un crecimiento de todos los días.
¿Qué se requiere para trabajar danza en telas, o cualquier otro arte circense?
Pasión y Disciplina. Eso es lo más importante.
Lo demás, parte de ahí. Cuando uno tiene disciplina y pasión por lo que hace, el resto llega por consecuencia: el estado físico, la resistencia, los reflejos, el equilibrio, la fuerza, la tonicidad, la creatividad. Todo se entrena.
Esto es para la Acrobacia en Tela o cualquier Arte Circense. O cualquier oficio en cualquier área de la vida.
La Disciplina es respeto por nosotros mismos y por lo que nos proponemos. Nos ayuda a ser pacientes y aceptar nuestros procesos pero nunca desistir. Entrenar mucho, cuidar el cuerpo, mantener una rutina, no conformarse con lo que hay, siempre buscar más.
En eso hago hincapié cuando llegan principiantes a la Compañía, “Te prohíbo decir NO PUEDO”, solamente “No me sale AHORA”
¿Es posible trabajarlo en Uruguay al mismo nivel que lo vemos en Europa u otros lugares del mundo? ¿Qué hay y que falta en Uruguay para ello?
Posible es todo.
En Uruguay hay muchísimo talento para trabajar en esos niveles magníficos y tan cerca de la perfección. Hay mucha gente trabajando en el Arte Circense, con mucha capacidad y muy bien formada, es fantástico. ¡También hay público! Al común de la gente le fascina el Circo, sea en un espectáculo callejero o en un teatro, nacional o extranjero. A todos nos gusta la magia del Circo.
Falta lo esencial y vuelvo a lo mismo: Disciplina. Y también pensar en grande.
Eso que vemos a nivel extranjero y que lo hace tan imposible es producto de la exigencia y de una Disciplina estricta. No es por arte de magia. Los artistas que forman parte de esos espectáculos entrenan varias horas por día, con un horario de trabajo que se respeta y una actitud profesional que da gusto. No hay lugar para el “soy artista, soy bohemio, no tengo horarios y hago lo que quiero”.
Los productores atrás de todo eso PIENSAN EN GRANDE. En grandes sumas de dinero, en grandes infraestructuras, en espectáculos magníficos.
Aquí no es un problema de dinero, de “somos un país pobre. Pobres nosotros los artistas”. Es un prejuicio cultural y social que vive dentro de los propios artistas. No hay cultura estricta de trabajo. No se piensa en grande porque el dinero da miedo. “El artista no es empresario” Mentira. El artista debe ser un empresario y pensar un grande, forma parte de honrar al oficio.
¿En tu faceta como dramaturga, que buscas contar? ¿Cuál es el mensaje de tu obra si lo hay y de qué manera lo recreas?
No quiero contar nada nuevo, creo que está todo inventado. Yo cuento historias comunes, esas que están a la vuelta de la esquina, esas que nos pasan a todos y para los que no hay que ser un personaje fantástico. Esas que escuchamos de algún amigo o un vecino, y que nos sentimos identificados. “Algo de muchos”.
Lo único que hago es agregarle algo que yo llamo el “qué pasaría si” o el “como si”. Ese plus es pensar en una circunstancia que rompa con lo cotidiano de la situación común y lo transforme en una historia. Por ejemplo en “Si te escuchara Discépolo…”. Allí es la historia común de cualquier mujer que llega a la tercera edad viuda y sola y que tiene miedo de que su nieta se vaya de su lado. Eso es algo que vemos todo el tiempo, la soledad, la vejez, los abuelos, el miedo al abandono. Pero yo pensé, en que pasaría si ella en esa soledad tuviera un amigo invisible, o mejor aún, un amigo invisible famoso como Discépolo. ¿Qué pasaría? ¿Qué le diría ella? ¿Qué dirían los demás? Y todo eso va generando situaciones, como un remolino que termina cerrándose en un único lugar.
Cuando escribía para Radioteatro, la audiencia se embarcaba en las historias porque eran historias de gente común, cosas que a ellos les pasan o les pasaron, se identificaban, no había cuento de hadas. Así recreo mis obras, contando cosas reales…El mensaje, es que entonces nuestras vidas tan comunes también son historias fantásticas.
¿Cómo es tu forma de encarar la dirección de tus proyectos?
Primero que nada, soy muy comprometida. Tengo claro que para lograr lo que se quiere hay que comprometerse a hacer lo que sea necesario para lograrlo.
Soy muy decidida, obsesiva, el proyecto me tiene que apasionar. Si siento pasión es suficiente para enfrentarlo y llevarlo. No tengo apuros pero trato de no dudar. Tengo muy claro que las fortunas favorecen a aquellos que toman riesgos y las dudas nos pueden hacer tambalear.
Y por sobre todo valoro mi tiempo. Es mi mayor riqueza en mi trabajo y tengo claro que no tengo tiempo que perder.
Lo más importante es que antes de comenzar, ya tomé la decisión de que es misión cumplida.
.
¿Que esperamos de Leticia Mato para este año?
Expansión.
Básicamente es mi meta este año, llegar a más gente. Que esto se siga expandiendo, que Circomedia siga creciendo.
Vamos a llegar a más lugares.
También estoy escribiendo una nueva obra de teatro pero de eso no voy adelantar mucho por el momento…
¿Cuáles son tus prioridades en la vida hoy?
Mi familia, primero en la lista. Es mi cable a tierra, soy muy familiera. Todo lo que hago lo hago primero por mí y segundo por volcar todos los beneficios de mis logros en disfrutar del hogar. Cuánto más tiempo pueda pasar haciendo familia, más exitosa me siento y más inspirada estoy para seguir creando y trabajando.
Mi otra prioridad es vivir hoy, y solo hoy. Proyecto para el mañana pero ni vivo en él. Agradezco por el pasado pero ya lo dejé atrás.
¿Qué significa ser artista para ti?
Significa mis inicios, mi pasado, mi presente y mi proyección al futuro. Es un oficio que amo y del que me siento bendecida por tener la libertad para ejercerlo.
Ser artista es cumplir una misión en la sociedad, como cumplen todos los oficios. El nuestro tiene el don y la particularidad de inventar para decir la verdad y todo lo que sucede es muy divertido.
¿Podes vivir de ello?
Claro que sí. Holgadamente. No trabajo de otra cosa y tampoco tengo planes ni necesidad de hacerlo.
¿Que tiene nuestro país y que le falta para reconocer a sus artistas?
El país tiene todo, nada es culpa del país. Falta un poco de amor propio como artistas para que todos puedan vivir de esto y que se acabe lo de “si sos artista te morís de hambre”. Pero que se acabe no desde la conciencia popular, si no desde las entrañas del propio artista. Hay que mirar para adentro y darse cuenta que eso de que “no se valora el trabajo del artista” no es más que un reflejo de lo que el trabajador del arte muchas veces proyecta. Cuando no quede un solo artista que regale su trabajo, que trabaje por necesidad de “darse a conocer”, que no cobre por cada gota de sudor que derrama trabajando de esto, no va a quedar lugar para la falta de reconocimiento.
Aprendamos de los oficios cotidianos. Aprendamos del electricista, del sanitario, del señor que hace service de heladeras y lavarropas, del albañil. Nosotros los llamamos y ellos nos pasan presupuesto. Y si no tenemos para pagarle, no viene a nuestra casa a solucionarnos nada. Y a nadie se le ocurre decirle “pero te hacemos publicidad a cambio””la gente va a conocer su trabajo Sr. Electricista”. Pero cuando publican un aviso de “se precisan extras sin remuneración” hay cola para poder entrar y ser extra.
Así que al país no le falta ni le sobra nada.
Por Estrella Laurta
¿Por qué surgió en vos la necesidad de estudiar primero estas artes, luego desarrollarlas y más tarde dedicarte a la docencia?
Esta profesión me buscó a mí. Cuando di de cara con el arte escénico era chica, tenía 14 años y no tenía planes de dedicarme a ello. De hecho, me vi forzada a incurrir en esto porque la psicóloga del liceo me mandó a un taller de teatro porque tenía muchas materias bajas y era muy retraída. (Esa estupidez de pensar en el teatro como terapia)
Resulta que fue como sacar un pasaje de ida. Primero empecé con el teatro, y me empecé a relacionar con las artes circenses porque en ese taller “obligatorio” tuve la fortuna de tener como Maestro a “Juanito” González Urtiaga. El mayor archivo histórico en Uruguay de Circo Criollo es de él. Todas las posibles investigaciones al respecto que se realizan en el Río de la Plata recurren a él, es un investigador de toda la vida, además de dramaturgo, autor de libros de Teatro y Circo Rioplatense, actor, director y docente. Imposible no empaparse.
Él me cambió la vida por completo y a partir de allí no paré de estudiar, teatro por todos lados, después sumé circo (específicamente Acrobacias aéreas en Tela) y danza, viajé a Buenos Aires a estudiar en la Escuela de Teatro de Buenos Aires, estuve en Brasil, volví a Montevideo, tuve la oportunidad de viajar a Cuba a estudiar Danza. Me formé con muchos profesionales en distintas áreas y en distintos países, pero 14 años después, aún sigo considerando a “Juanito” como mi principal Maestro.
Supe desarrollar todo esto en una profesión porque fui formada en esta carrera para trabajar profesionalmente y no para demostrar una afición. En mi formación como artista desde los inicios me educaron para trabajar, cobrar por mi trabajo, vivir de ello con dignidad y honrar la profesión.
Creo que la docencia llegó como una necesidad de ser agradecida por el camino recorrido. Transmitir lo que uno hace es devolver algo que a uno le fue dado. No se puede cortar la cadena, uno tiene que dar para recibir, esto debe ser así toda la vida. Como docente aprendo más de lo que enseño, es un crecimiento de todos los días.
¿Qué se requiere para trabajar danza en telas, o cualquier otro arte circense?
Pasión y Disciplina. Eso es lo más importante.
Lo demás, parte de ahí. Cuando uno tiene disciplina y pasión por lo que hace, el resto llega por consecuencia: el estado físico, la resistencia, los reflejos, el equilibrio, la fuerza, la tonicidad, la creatividad. Todo se entrena.
Esto es para la Acrobacia en Tela o cualquier Arte Circense. O cualquier oficio en cualquier área de la vida.
La Disciplina es respeto por nosotros mismos y por lo que nos proponemos. Nos ayuda a ser pacientes y aceptar nuestros procesos pero nunca desistir. Entrenar mucho, cuidar el cuerpo, mantener una rutina, no conformarse con lo que hay, siempre buscar más.
En eso hago hincapié cuando llegan principiantes a la Compañía, “Te prohíbo decir NO PUEDO”, solamente “No me sale AHORA”
¿Es posible trabajarlo en Uruguay al mismo nivel que lo vemos en Europa u otros lugares del mundo? ¿Qué hay y que falta en Uruguay para ello?
Posible es todo.
En Uruguay hay muchísimo talento para trabajar en esos niveles magníficos y tan cerca de la perfección. Hay mucha gente trabajando en el Arte Circense, con mucha capacidad y muy bien formada, es fantástico. ¡También hay público! Al común de la gente le fascina el Circo, sea en un espectáculo callejero o en un teatro, nacional o extranjero. A todos nos gusta la magia del Circo.
Falta lo esencial y vuelvo a lo mismo: Disciplina. Y también pensar en grande.
Eso que vemos a nivel extranjero y que lo hace tan imposible es producto de la exigencia y de una Disciplina estricta. No es por arte de magia. Los artistas que forman parte de esos espectáculos entrenan varias horas por día, con un horario de trabajo que se respeta y una actitud profesional que da gusto. No hay lugar para el “soy artista, soy bohemio, no tengo horarios y hago lo que quiero”.
Los productores atrás de todo eso PIENSAN EN GRANDE. En grandes sumas de dinero, en grandes infraestructuras, en espectáculos magníficos.
Aquí no es un problema de dinero, de “somos un país pobre. Pobres nosotros los artistas”. Es un prejuicio cultural y social que vive dentro de los propios artistas. No hay cultura estricta de trabajo. No se piensa en grande porque el dinero da miedo. “El artista no es empresario” Mentira. El artista debe ser un empresario y pensar un grande, forma parte de honrar al oficio.
¿En tu faceta como dramaturga, que buscas contar? ¿Cuál es el mensaje de tu obra si lo hay y de qué manera lo recreas?
No quiero contar nada nuevo, creo que está todo inventado. Yo cuento historias comunes, esas que están a la vuelta de la esquina, esas que nos pasan a todos y para los que no hay que ser un personaje fantástico. Esas que escuchamos de algún amigo o un vecino, y que nos sentimos identificados. “Algo de muchos”.
Lo único que hago es agregarle algo que yo llamo el “qué pasaría si” o el “como si”. Ese plus es pensar en una circunstancia que rompa con lo cotidiano de la situación común y lo transforme en una historia. Por ejemplo en “Si te escuchara Discépolo…”. Allí es la historia común de cualquier mujer que llega a la tercera edad viuda y sola y que tiene miedo de que su nieta se vaya de su lado. Eso es algo que vemos todo el tiempo, la soledad, la vejez, los abuelos, el miedo al abandono. Pero yo pensé, en que pasaría si ella en esa soledad tuviera un amigo invisible, o mejor aún, un amigo invisible famoso como Discépolo. ¿Qué pasaría? ¿Qué le diría ella? ¿Qué dirían los demás? Y todo eso va generando situaciones, como un remolino que termina cerrándose en un único lugar.
Cuando escribía para Radioteatro, la audiencia se embarcaba en las historias porque eran historias de gente común, cosas que a ellos les pasan o les pasaron, se identificaban, no había cuento de hadas. Así recreo mis obras, contando cosas reales…El mensaje, es que entonces nuestras vidas tan comunes también son historias fantásticas.
¿Cómo es tu forma de encarar la dirección de tus proyectos?
Primero que nada, soy muy comprometida. Tengo claro que para lograr lo que se quiere hay que comprometerse a hacer lo que sea necesario para lograrlo.
Soy muy decidida, obsesiva, el proyecto me tiene que apasionar. Si siento pasión es suficiente para enfrentarlo y llevarlo. No tengo apuros pero trato de no dudar. Tengo muy claro que las fortunas favorecen a aquellos que toman riesgos y las dudas nos pueden hacer tambalear.
Y por sobre todo valoro mi tiempo. Es mi mayor riqueza en mi trabajo y tengo claro que no tengo tiempo que perder.
Lo más importante es que antes de comenzar, ya tomé la decisión de que es misión cumplida.
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¿Que esperamos de Leticia Mato para este año?
Expansión.
Básicamente es mi meta este año, llegar a más gente. Que esto se siga expandiendo, que Circomedia siga creciendo.
Vamos a llegar a más lugares.
También estoy escribiendo una nueva obra de teatro pero de eso no voy adelantar mucho por el momento…
¿Cuáles son tus prioridades en la vida hoy?
Mi familia, primero en la lista. Es mi cable a tierra, soy muy familiera. Todo lo que hago lo hago primero por mí y segundo por volcar todos los beneficios de mis logros en disfrutar del hogar. Cuánto más tiempo pueda pasar haciendo familia, más exitosa me siento y más inspirada estoy para seguir creando y trabajando.
Mi otra prioridad es vivir hoy, y solo hoy. Proyecto para el mañana pero ni vivo en él. Agradezco por el pasado pero ya lo dejé atrás.
¿Qué significa ser artista para ti?
Significa mis inicios, mi pasado, mi presente y mi proyección al futuro. Es un oficio que amo y del que me siento bendecida por tener la libertad para ejercerlo.
Ser artista es cumplir una misión en la sociedad, como cumplen todos los oficios. El nuestro tiene el don y la particularidad de inventar para decir la verdad y todo lo que sucede es muy divertido.
¿Podes vivir de ello?
Claro que sí. Holgadamente. No trabajo de otra cosa y tampoco tengo planes ni necesidad de hacerlo.
¿Que tiene nuestro país y que le falta para reconocer a sus artistas?
El país tiene todo, nada es culpa del país. Falta un poco de amor propio como artistas para que todos puedan vivir de esto y que se acabe lo de “si sos artista te morís de hambre”. Pero que se acabe no desde la conciencia popular, si no desde las entrañas del propio artista. Hay que mirar para adentro y darse cuenta que eso de que “no se valora el trabajo del artista” no es más que un reflejo de lo que el trabajador del arte muchas veces proyecta. Cuando no quede un solo artista que regale su trabajo, que trabaje por necesidad de “darse a conocer”, que no cobre por cada gota de sudor que derrama trabajando de esto, no va a quedar lugar para la falta de reconocimiento.
Aprendamos de los oficios cotidianos. Aprendamos del electricista, del sanitario, del señor que hace service de heladeras y lavarropas, del albañil. Nosotros los llamamos y ellos nos pasan presupuesto. Y si no tenemos para pagarle, no viene a nuestra casa a solucionarnos nada. Y a nadie se le ocurre decirle “pero te hacemos publicidad a cambio””la gente va a conocer su trabajo Sr. Electricista”. Pero cuando publican un aviso de “se precisan extras sin remuneración” hay cola para poder entrar y ser extra.
Así que al país no le falta ni le sobra nada.