
Una gran emprendedora dijo una vez que no se tambalea quién no se sube a lo más alto. Esta gran mujer, es nada más y nada menos que Oprah Winfrey. Exactamente lo que dice es que "las únicas personas que nunca se tambalean son aquellas que nunca se suben a lo más alto"
Me parece una frase fantástica. La analicé y la di vuelta muchas veces. Y siempre llegué a la misma conclusión: subirse a lo más alto es genial, pero da mucho miedo...
Y es que la vida del emprendedor es así. Animados a subirse al escalón más alto, a la rama de más arriba, y cuando llegamos ahí, visualizamos que podemos subir más. Que puede ser arriesgado, pero queremos coquetear con el peligro. ¡Qué sensación más extraña!
Es la sensación del desequilibrio. Es difícil de explicar. Es que nos den la opción de la seguridad eterna o la libertad con riesgos calculados. "Seguridad eterna" puede sonar muy bien, pero LIBERTAD es la gloria de la vida misma.
Los que eligen tambalear a pesar del miedo suelen ser poco comprendidos, pero alguien dijo una vez que ser emprendedor es pasar unos pocos años como nadie quisiera pasarlos, para vivir el resto de tu vida como nadie va a poder vivirla.
Los que eligen tambalear a pesar del miedo, los mercenarios, los kamikazes del mundo, se merecen todos los honores por animarse a subir allí, porque aunque saben que la caída puede llegar a ser más dolorosa, lo que se logra ver desde allí arriba vale cada día de sacrificio. La vista es hermosa desde lo más alto, nunca se va a disfrutar esa belleza desde la seguridad del último escalón.
Te cuento algo...en lo más alto no solo uno se tambalea. También se llora, se siente miedo, da vértigo, uno se ahoga, se presiona, duda, se ve tentado a bajar, a veces hasta a saltar. Inevitablemente, siendo acróbata aérea además de empresaria, no puedo dejar de lado el paralelismo. Es como cuando estás a 6 u 8 metros de altura a punto de soltar una caída, y cerrás los ojos, apretás los dientes, y aunque siempre tenés la opción de desarmar, bajar, y abandonar la caída, la adrenalina de intentarlo termina ganando.
Así es subir a lo más alto aún a riesgo de tambalearse y quedar en un pie haciendo equilibrio, para bailar con el desequilibrio.
A riesgo de que te sientas ofendid@ con la propuesta, te insto a que tambalees mucho. Te dejo la invitación para que te subas siempre a lo más alto, a que encuentres ese desequilibrio, a que abraces el riesgo. Te desafío a que abandones la seguridad y busques la libertad.
Porque al final, nada es para siempre. Porque cuando el tambaleo se estabiliza pero te mantuviste allí, fiel a tu intuición, a tu pasión, a tu vida, entonces aparece esa sensación tan esperada. Aparece la calma de la realización. Te recomiendo cada sacrificio y cada parte de ese proceso.
Contame, ¿cómo puedo ayudarte?
Leticia Mato - Directora de Circomedia
Coordinadora del Programa de Mentoría.
Me parece una frase fantástica. La analicé y la di vuelta muchas veces. Y siempre llegué a la misma conclusión: subirse a lo más alto es genial, pero da mucho miedo...
Y es que la vida del emprendedor es así. Animados a subirse al escalón más alto, a la rama de más arriba, y cuando llegamos ahí, visualizamos que podemos subir más. Que puede ser arriesgado, pero queremos coquetear con el peligro. ¡Qué sensación más extraña!
Es la sensación del desequilibrio. Es difícil de explicar. Es que nos den la opción de la seguridad eterna o la libertad con riesgos calculados. "Seguridad eterna" puede sonar muy bien, pero LIBERTAD es la gloria de la vida misma.
Los que eligen tambalear a pesar del miedo suelen ser poco comprendidos, pero alguien dijo una vez que ser emprendedor es pasar unos pocos años como nadie quisiera pasarlos, para vivir el resto de tu vida como nadie va a poder vivirla.
Los que eligen tambalear a pesar del miedo, los mercenarios, los kamikazes del mundo, se merecen todos los honores por animarse a subir allí, porque aunque saben que la caída puede llegar a ser más dolorosa, lo que se logra ver desde allí arriba vale cada día de sacrificio. La vista es hermosa desde lo más alto, nunca se va a disfrutar esa belleza desde la seguridad del último escalón.
Te cuento algo...en lo más alto no solo uno se tambalea. También se llora, se siente miedo, da vértigo, uno se ahoga, se presiona, duda, se ve tentado a bajar, a veces hasta a saltar. Inevitablemente, siendo acróbata aérea además de empresaria, no puedo dejar de lado el paralelismo. Es como cuando estás a 6 u 8 metros de altura a punto de soltar una caída, y cerrás los ojos, apretás los dientes, y aunque siempre tenés la opción de desarmar, bajar, y abandonar la caída, la adrenalina de intentarlo termina ganando.
Así es subir a lo más alto aún a riesgo de tambalearse y quedar en un pie haciendo equilibrio, para bailar con el desequilibrio.
A riesgo de que te sientas ofendid@ con la propuesta, te insto a que tambalees mucho. Te dejo la invitación para que te subas siempre a lo más alto, a que encuentres ese desequilibrio, a que abraces el riesgo. Te desafío a que abandones la seguridad y busques la libertad.
Porque al final, nada es para siempre. Porque cuando el tambaleo se estabiliza pero te mantuviste allí, fiel a tu intuición, a tu pasión, a tu vida, entonces aparece esa sensación tan esperada. Aparece la calma de la realización. Te recomiendo cada sacrificio y cada parte de ese proceso.
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Leticia Mato - Directora de Circomedia
Coordinadora del Programa de Mentoría.